Relato 007 - Rosa y de cristal
- Inicie sesión o regístrese para comentar

Creo que hay pocas cosas que nos provoque tanta ternura como la fe ciega de un niño: el ratoncito Pérez, los reyes o papá Noel... no sé si son los pequeños o nosotros, verdaderos drogados de endorfinas gratis, los que más disfrutamos del engaño inocente. Gracias a quién deban ser dadas, no son las únicas situaciones en que aprovechamos su ingenuidad, y el autor de “Rosa y de cristal” nos lo recuerda.
Espero que disfrutéis del relato.
- Inicie sesión o regístrese para comentar