Mi padre me animaba a leer cuando era solo un niño de 6 o 7 años, una edición muy antigua del libro, con lo que me costaba mucho entender el lenguaje arcaico en el que estaba escrito, pero aun siendo tan pequeño, disfruté de lo lindo con todas las cosas que le pasaban al pintoresco personaje y a su escudero.
Con los años, me he dado cuenta, de que el libro representa como nadie el alma de los españoles, por eso ha tenido tanto éxito. Creo que todos llevamos dentro algo de Don Quijote y algo de Sancho Panza, nuestro inconsciente se ha movido de forma bipolar entre un idealismo irracional, que nos ha llevado a pelear con imaginarios gigantes y una despreocupación por los avances y la ciencia, viviendo en una autocomplaciente vulgaridad.
Somos capaces de colonizar todo un continente, de luchar en una contrarreforma idealista y condenada al fracaso, y a la vez de despreciar el progreso, con el triste “Que inventen ellos”, somos un poco numantinos e idealistas, tratamos de aferrarnos a nuestras creencias a toda costa, negando el progreso, hasta el extremo de dar la vida por ellas, pero ese encerramiento nos ha llevado a la incultura y la vulgaridad en muchos aspectos.
Si se juntan las dos figuras del libro, Don Quijote y Sancho Panza, puede salir perfectamente un español de cualquier época.
Opiniones
Mi padre me animaba a leer cuando era solo un niño de 6 o 7 años, una edición muy antigua del libro, con lo que me costaba mucho entender el lenguaje arcaico en el que estaba escrito, pero aun siendo tan pequeño, disfruté de lo lindo con todas las cosas que le pasaban al pintoresco personaje y a su escudero.
Con los años, me he dado cuenta, de que el libro representa como nadie el alma de los españoles, por eso ha tenido tanto éxito. Creo que todos llevamos dentro algo de Don Quijote y algo de Sancho Panza, nuestro inconsciente se ha movido de forma bipolar entre un idealismo irracional, que nos ha llevado a pelear con imaginarios gigantes y una despreocupación por los avances y la ciencia, viviendo en una autocomplaciente vulgaridad.
Somos capaces de colonizar todo un continente, de luchar en una contrarreforma idealista y condenada al fracaso, y a la vez de despreciar el progreso, con el triste “Que inventen ellos”, somos un poco numantinos e idealistas, tratamos de aferrarnos a nuestras creencias a toda costa, negando el progreso, hasta el extremo de dar la vida por ellas, pero ese encerramiento nos ha llevado a la incultura y la vulgaridad en muchos aspectos.
Si se juntan las dos figuras del libro, Don Quijote y Sancho Panza, puede salir perfectamente un español de cualquier época.