Assange's Revenge

      El verdadero Assange detesta la película de Condon que narra la cronología de Wikileaks. Al actor que lo representa, Cumberbatch, le reprochó en una de las cartas que le dirigió que “lo describiera bajo una luz negativa”. “El Quinto Poder” se queda muy corto, aunque la interpretación de Cumberbatch sea brillante, destacando una vulnerabilidad traumatizada por debajo de toda hostilidad y esquivando las acusaciones de agresión sexual en Suecia.
      El largometraje ha fracasado estrepitosamente en taquilla y podría ser debido a la agresiva campaña que todo el entramado dirigido por Assange ha lanzado en su contra. Las cifras de recaudación decepcionan a la las distribuidoras, pero seguro que habrán alegrado a Assange. Por su parte,  Assange emitió un comunicado en el que animaba al público a ver Mediastan, el documental sobre su organización producido por él mismo.
      La campaña de boicot contra El quinto poder culminaba en la propia web de WikiLeaks donde se ofrecían visionados gratis de Mediastan, donde relata uno de los pasajes fundamentales de la trama de El quinto poder: cómo el equipo de WikiLeaks hizo llegar a diarios como New York Times o The Guardian miles de mensajes cifrados del gobierno estadounidense con información fundamental sobre las operaciones en Afganistán e Irak. "Esto, es periodismo in extremis", sentenciaba en aquel entonces un orgulloso Assange.
   Ahora que empieza a saborear la venganza, y aunque siga pendiendo de un hilo la espada de Damocles de su extradición, Assange se permite volver a su “normalidad”, asumiendo la posibilidad de presentar una segunda candidatura al Senado en las elecciones de Australia Occidental, ya que la comisión electoral ha declarado un nuevo resultado que parece que va a ser objeto de recurso en el alto tribunal. Por otra parte, el pasado viernes fue la estrella invitada en un concierto de la cantante de Sri Lanka, M.I.A. Los asistentes se llevaron una gran sorpresa cuando un Assange "virtual" apareció en la actuación, que tuvo lugar en la Terminal 5 de Nueva York. Una pantalla gigante proyectó la imagen de Julian Assange vía Skype en vivo, desde la Embajada de Ecuador en Londres. Ahora sólo queda que dé otro golpe de mano y de periodismo “in extremis” y publique más mensajes secretos de un gobierno norteamericano que ya no puede engañar a nadie. Gracias, entre otros, a Assange.
 
(Fuentes: The Guardian, Diario El Comercio y Europa Press)