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Relato 65 - Mi dorado
2023-10-09
Presentación
En este momento existe u fenómeno migratorio en la región de Suramérica, debido a problemas internos en países que tienen gobiernos con alto índice de corrupción, pobreza y violencia y su pueblo decide optar por modelos socialistas buscando un cambio, pero en la mayoría de los casos, este remedio resulta ser pero que l enfermedad. Este relato es una de esas historias, que originalmente es mas extensa, detallada y compleja, pero la idea es respetar un limite para entrar en este concurso. Estoy abierto a criticas y consejos, soy escritor amateur y busco perfeccionar mi estilo.
Relato
Soy latino, nací en un país de Suramérica, el cual no especificare, porque no quiero predisponer o condicionar las opiniones, criticas o valoraciones que pueda recibir mi relato, sin embargo, lo considero pertinente porque explica de alguna forma los actos y la forma de pensar de los que intervienen en esta narración. Actualmente existe una crisis humanitaria debido a la migración de personas que viven en países con condiciones invivibles, poco respeto por los derechos humanos y pocas posibilidades de salir adelante… principalmente en países con regímenes socialistas, donde los atrasos a nivel social, tecnológico y económico, junto con un nivel altísimo de corrupción. Soy abogado, y efectivamente, crecí en uno de estos países, donde años atrás, teníamos perspectivas positivas de crecimiento y desarrollo en todas las áreas, no éramos perfectos, pero era un buen sitio para vivir. Pude terminar mi carrera y tenía un trabajo público, en la parte administrativa de una alcaldía. Tenia una vida aceptable de clase media y con solo 30 años, un futuro prometedor. Es cuando hace su aparición el gran líder socialista prometiendo cambios y revoluciones que beneficiarían a todos, especialmente a los mas pobres, y obviamente, este cambio venia con un cambio en casi todo el personal estatal, donde fuimos sacrificados por personas mas afines al nuevo régimen. Se me solicito la renuncia protocolaria, casi literalmente, por no pensar igual al nuevo líder. La vida como la conocíamos había cambiado mucho en muy poco tiempo y a grandes rasgos, ahora nuestra sociedad dependía de unas ayudas y subsidios estatales para poder sobrevivir. Es entonces cuando la situación fue tan critica que, como explicaba inicialmente, el fenómeno de la migración humana empezó a aumentar y lo tome seriamente como una opción. Esta migración consistía en un viaje por tierra empezando por Colombia, desde una selva llamada El Darién, para luego pasar la frontera hacia Panamá y seguir por toda Centroamérica hasta la frontera de México con los Estados Unidos. Estamos hablando de por lo menos 2 semanas de camino a través de selvas, ríos, montanas, grupos criminales, climas adversos, y quien sabe que otros obstáculos. Mi motivación para iniciar esta aventura era principalmente, mis padres, aunque tenían un nivel de vida aceptable, el gobierno socialista había deteriorado el sistema de salud y mis viejos se acercaban a los 70 años. Cuando les dije de mis intenciones, era de esperarse que no estuvieran de acuerdo, pero yo insistí y les dejé ver que no solo era por ellos, yo tampoco tenia un futuro en este contexto. Finalmente, decidieron apoyarme económicamente, aunque al principio no quería aceptar, me puse a pensar que, si esta travesía era un éxito, podría darles una vida más cómoda. Todo estaba listo, el viaje desde donde yo estaba ubicado hasta lo que llaman el Tapón Del Darién era de unas 12 horas en transporte público. Empaque algunos artículos de primera necesidad, dos pantalones, dos camisas, tres pares de interiores, unos zapatos deportivos que llevaba puestos y unas sandalias. Además, empaque mi pasaporte, una libreta, un cuchillo de campamento un envase para llevar líquidos y un arma de fuego… alguna vez en mi vida dispare un arma de fuego por diversión, en un ambiente controlado, ahora la llevo y espero nunca tener que usarla…aunque en el fondo me hacia sentir un poco más seguro. Algo que pensé mucho para llevar, fue mi detector de metales. Desde hace varios años, tenía el hobbie de explorar algunos terrenos como, playas, lechos de ríos, entre otros, en busca de objetos de valor o cosas interesantes, y si, pude encontrar algunas monedas muy viejas, objetos como cuchillos, herramientas, también muy viejas y de poco valor, pero me gustaba mucho, porque hacia algo de deporte. Así que empaque el equipo que afortunadamente era liviano, cerca de los dos kilos y medio. Llego el día. Me despedí de mis padres, con mucha tristeza, pero ellos me desearon la mejor suerte, les prometí volver por ellos. La estación de buses quedaba a dos calles de mi casa y camine una vez más, el barrio donde viví la mayor parte de mis 35 años. Aunque hace algunos años vivía en un apartamento, por la crisis tuve que regresar a vivir con mis padres… algo decepcionante… en fin, llegue al terminal de buses y tome un transporte directo a un pueblo llamado Turbo, en el Departamento de Antioquia, Colombia. Pasar la frontera desde mi país hacia Colombia es relativamente fácil mientras tenga una cedula de ciudadanía. Llevo conmigo unos 1200 dólares que cuido con el alma y los escondo en un bolsillo que adapte en mi ropa interior totalmente impermeable, porque lo mas probable es que tenga que atravesar ríos y quebradas, y soportar lluvias constantes, por las características climáticas de la selva húmeda. Estando en la estación me propuse algunos objetivos: inicialmente, encontrar a alguien en mi situación, ojala joven y solo, para que pudiéramos avanzar mas rápido; como segundo propósito, debía ocultar mi nivel cultural, es decir, mi preparación como abogado me haría resaltar entre los migrantes, porque la mayoría no tiene educación universitaria y por eso tratare de encajar al imitar las formas de expresión locales, nada de palabras elaboradas y complejas; No confiar en nadie; como ultima estrategia, si me preguntan, diré que soy de nacionalidad colombiana, de un pueblo cerca a la frontera con Ecuador, tengo entendido que los grupos criminales apuntan mas a los extranjeros porque generalmente, tienen mas dinero que los habitantes locales. Por suerte, un amigo cercano era de nacionalidad colombiana y me facilito su documento de identidad, llamado Cedula de Ciudadanía. Solo debía aprenderme el numero del documento, su fecha de nacimiento y la fecha de expedición. Llego el momento de abordar el transporte, era un bus intermunicipal que tenia buena pinta y al entrar era bastante amplio y cómodo, con un baño incorporado. Observé con cuidado y concluí que la mayoría de los pasajeros tenían la misma intención. Al fondo pude ver a un sujeto de aproximadamente 25 años que parecía ser un buen candidato para asociarme, un joven de estatura promedio, delgado, con marcados rasgos indígenas. El estaba sentado al lado del pasillo central por lo que le pedí permiso y me ubiqué en la ventana. Acomode mi mochila en el piso, entre mis pies y saque mi teléfono celular. Me habían advertido que, en el viaje, este dispositivo no seria muy útil, porque no tendría señal, sin embargo, podría servir como moneda de cambio. — Hermano, ¿sabes cuánto dura este viaje? — Buscaba romper el hielo desde el principio. — …hasta Turbo son cerca de 12 horas. — 12 horas?!! ¡¡Mucho tiempo pana, me habían dicho que eran mucho menos!! — Fingí sorpresa, ya tenía claro la duración del viaje. — uyyy siii, mucho tiempo, pero… — al frente se escucha una persona gritando un nombre y pidiéndole que se siente con él, mi compañero de viaje pide disculpas y se levanta para sentarse con la persona que lo había llamado. Casi de inmediato otra persona que buscaba asiento, vio la oportunidad y se sentó a mi lado. Tenía una chaqueta impermeable negra y usaba la capucha sobre su cabeza. Era una mujer. No esperaba eso y me levante un poco para observar los puestos libres y efectivamente, todos estaban ocupados. — qué suerte, pensé que tendría que ir sentada en el piso, ¿Hay problema si me siento aquí? — ehhh, no, no hay problema. — ¿Te diriges a Turbo, cierto? – me pregunta ella mientras se retira la capucha. — así es… — pude ver su rostro, era una mujer bonita, cabello negro con cola de caballo, algo gótica por sus accesorios, como pulseras y piercings. Le calcule unos 23 años y era delgada. Parece que iba sola, y pensé, por qué no, ella podría ser ese compañero que busco en este viaje, pero honestamente, dudaba que tuviera el mismo plan, por eso tenia que ser delicado para poder indagar su objetivo con este viaje —ok, tratare de dormir, si necesitas salir al pasillo me despiertas, no hay problema. —Listo, ¿Cuál es tu nombre? Para avisarte si nos detenemos en algún sitio a descansar. —Yo soy Erika ¿y tú? —Sebastián — Sebastián, mucho gusto – me ofrece su mano y yo la estrecho. Sebastián Leyton es el nombre de mi amigo, el colombiano que me regalo su documento de identidad. Mi verdadero nombre el Alex Castillo. —Mucho gusto Erika, es un viaje muy largo… ¿eres colombiana? —…no realmente, soy de aquí. —ahí ok, pero, ¿Conoces el sitio a donde nos dirigimos? —…la verdad no conozco, voy de excursión…unos amigos me esperan en Antioquia —creo que no estaba siendo honesta, como abogado aprendes a detectar mentiras…y decirlas. —…ok, entiendo —por alguna razón quise que fuera honesta conmigo y me propuse a contarle la verdad de mi viaje, aunque ella no me lo preguntara —de pronto me puedes ayudar a un sitio cerca de Turbo. Se voltea y me mira a los ojos, con actitud de saber lo que yo quería. Tenía ojos bastante oscuros que eran resaltados por un maquillaje gótico. Asumí que las personas con ese estereotipo y pensamiento son introvertidos, pero generalmente dicen las cosas de frente, sin filtros, además son malos mentirosos. En ese momento, nuestro Bus empezó a moverse. —Te diriges hacia el Tapón Del Darién, supongo… —sip… también voy de “excursión” —Hice el ademan de las comillas con mis manos, mientras expresaba una suave sonrisa pícara —pero, voy solo. Erika también dejo escapar una sonrisa y empezó a manipular su teléfono celular buscando música, por lo que pude observar. Soy rockero, me gustan los clásicos del rock de los 70s en adelante, y pude identificar la música que ella tenía. —Aja…se supone que mis amigos me están esperando, nos pusimos d acuerdo para vernos en unos días en el pueblo de Turbo —Traducción: hará el viaje sola, estaba improvisando. —Ahh, que bien, de pronto podría unirme a ustedes, tengo algo de experiencia en ambientes silvestres, aquí me dedico al campo, soy agricultor, tenía una finca y exportaba mis productos, pero ya sabes…la situación ha cambiado —trataba de explicar el motivo de mi viaje y al mismo tiempo aparentar fortaleza física —Tu qué haces Erika? ¿A qué te dedicas? —Ehhh, soy profesora, profesora de inglés —los profesores en este régimen fueron muy afectados —en mis tiempos libres, practico deporte, me gusta el Futbol. —En serio? Excelente, el futbol femenino es lo máximo…— Blablablá… seguimos charlando por unos minutos de algunos temas comunes, como la música o nuestro sistema político y social. Le dije una mentira a medias, por así decirlo, que había estudiado unos semestres de derecho y así tendría algo de sentido que no hable como un campesino promedio. Finalmente nos pusimos de acuerdo en dormir la mayor parte del viaje y cualquier evento relevante, nos pondríamos alerta. Aunque ninguno de los dos acepto que era un migrante con intenciones de ir hacia el “Norte” creo que tácitamente lo asumimos. Durante el viaje nos detuvimos dos veces para estirar las piernas, y el resto del recorrido la pasamos dormidos, no hubo algún evento importante. Charlamos algunas veces y de igual forma, nunca aceptamos que nuestro plan fuera el mismo, pero era más que evidente. Finalmente llegamos al pueblo. Luego de bajarnos y estirar un poco las piernas, nos dirigimos al paso siguiente, que es tomar un pequeño bote rápido y llegar a un pueblo aún más pequeño, llamado Acandí. Nos pusimos de acuerdo en comprar agua y comida no perecedera, que no ocupe mucho espacio, unas pastas para purificar el agua y algunos elementos de primeros auxilios. Como la caminata posterior a llegar al pueblo duraría aproximadamente 4 a 5 días, conseguimos un par de sleeping Bags, porque consideramos que llevar una tienda de campana es muy complicado. Decidimos marchar con la multitud, un grupo de unas 100 personas con niños y muchas cargas, como tiendas de campanas y enormes mochilas. Por eso concluimos que podríamos avanzar más rápido que el grupo, pero Erika propuso no alejarse mucho de ellos, por los peligros del entorno y los grupos criminales. Guardamos las cosas que se pudieran descomponer con el agua y subimos a la lancha (Bote pequeño rápido). El viaje duro unas horas si mas recuerdo y luego de bajarnos, empezó el camino por tierra. —Erika, ¿qué opinas? avancemos y nos detenemos cada dos horas a descansar unos minutos. Cerca del anochecer busquemos un sitio donde acampar, no dejemos que caiga la noche sin tener listo donde vamos a dormir —le explicaba a mi compañera mientras caminábamos a un paso constante. —De acuerdo, yo conseguí algunos chocolates, no vamos a comer mucho, solo necesitamos energía y tratamos de alimentarnos antes de dormir —Erika parecía de buen ánimo, pero me pregunte, que hace una mujer de 28 anos (creí que era un poco menor), sola, en un viaje tan difícil y peligroso…en fin, deje pasar ese detalle. —Señorita, guarda tu teléfono celular, se va a descargar y no veo donde puedas recargarlo. —…Magia!! —grita esa palabra mientas saca de su mochila lo que parece ser un cargador solar, luego lo fija sobre su mochila y la empieza a cargar en la espalda —Mientras caminamos, la batería se carga, alcanza para alimentar dos o tres dispositivos. —Nooo, eres lo máximo!! Necesitamos los teléfonos porque yo guarde el mapa de nuestro viaje, aunque el guía nos dijo que solo debíamos seguir el lecho del rio, es posible encontrar algunos atajos. —jejeje, un paso a la vez. Aunque podíamos caminar más rápido que la mayoría del grupo, decidimos caminar a sus espaldas, sin perderlos de vista, por si algún grupo criminal los aborda y tener tiempo de reaccionar y escondernos si es posible. En caso que el recorrido sea tranquilo, cuando el grupo decida detenerse a dormir, los adelantaremos y buscamos un sitio seguro, alejado del lecho del rio, que no sea visible a simple vista. El primer día caminamos sin mayores contratiempos, una familia quiso regresar, parece que su hijo de unos 9 años se enfermó, el resto del grupo avanzo de forma uniforme. Antes del anochecer, el grupo se detuvo en un sitio plano, con poca vegetación y empezaron a armar sus tiendas de campaña; pasamos entre ellos y fuimos prácticamente ignorados. Avanzamos unos metros y quedamos fuera de la vista del grupo, pero nosotros si podíamos verlos. Armamos un pequeño campamento, comimos unos enlatados y nos metimos en nuestros Sleepingbags. El clima era frio, pero en nuestras bolsas de dormir no teníamos problemas con eso y no era necesario encender un fuego. Erika resulto ser muy fuerte y decidida y creo que había una pequeña química entre nosotros, pero estábamos muy cansados para pensar en cosas como esas. Intentamos dormir, sin embargo, por lo menos yo, no pude hacerlo. Me sentía muy cansado, pero también estaba muy alerta y esta selva emite sonidos espeluznantes y parece que cada minuto hubiera una persona parada a tu lado o un animal salvaje que nunca faltan. EL día siguiente, apenas sale el sol, empezamos a recoger nuestras cosas y alcanzamos a ver que el grupo también estaban en lo mismo. —que tal la noche? —…ehhh estuvo…bien, dormí poco…pero creo que fue suficiente. Sebas, ¿quieres un caramelo? —Erika me ofrece un chocolate. Ya estaba listo para continuar la marcha. Pero estaba algo estresado por no haber dormido. Me comí el chocolate y fui al rio a mojarme con agua fría la cabeza para estar alerta. —Gracias nena, ya viene el grupo. Esperemos aquí, que sigan derecho, y los empezamos a seguir. – Nos sentamos al lado del rio mientras empezaron a llegar y pasaron por nuestro lado, apenas nos miraron, y siguieron caminando. Cuando estuvieron a unos metros los empezamos a seguir. Así pasamos el segundo día, caminamos a un ritmo aceptable, sin percances importantes. Algunos individuos se adelantaron bastante, un grupo de unos 5, y se perdieron de vista. Llega la tarde cerca del anochecer y repetimos la rutina. Aunque el grupo era más reducido, seguían ignorándonos. Paso algo gracioso, Erika se tropezó y cayo encima de un sujeto, nos reímos un poco y luego continuamos. Nos alistamos para dormir, unos metros adelante del grupo. Devoramos frijoles enlatados y afortunadamente encontramos unas naranjas y mangos en el camino. Estaba seguro que no podría dormir otra vez. Lo había pensado todo el camino, la pase muy mal por la noche y se me ocurrió usar mi detector de metales por la noche, solo que tenia un problema: no empaque audífonos, por lo que, si uso el detector sin este artículo, hará un sonido bastante particular y me pondría en evidencia, cosa que no me interesaba. —Erika, préstame tus audífonos, please!!! —le pedí el favor a mi compañera. —…Claro, pero no creo que puedas dormir escuchando música… —jejeje, no hay problema, igual, casi no puedo dormir. —Aquí están, tratare de dormir, estoy cansada… —Erika se envuelve en su bolsa de dormir como si fuera una oruga. —Duerme tranquila compañera, seré tu centinela —hice un gesto de típico macho al mostrar mi bíceps. Erika sonríe y se aísla dentro de su sleeping. Ella resulto ser una persona fuerte, parece de confianza, estoy pensando en contarle mi historia completa y que ella también lo haga. Me sentía cansado e intente dormir, no fue posible. Erika parecía dormida, aunque me estaba dando la espalda, no estaba seguro. Alisté mi equipo de detector de metales con los audífonos para no hacer sonidos y salí del pequeño campamento improvisado y empecé a caminar por el lecho del rio. Lleve mi cuchillo, una pala pequeña y una linterna, aunque se podía ver relativamente bien, la Luna era bastante poderosa. Caminé unos 15 minutos y no encontré nada de valor, lo de siempre, tornillos, baratijas oxidadas, algunas monedas sin valor. Ya estaba un poco más relajado y decidí regresar, pero vi un pequeño sendero que parecía hecho por animales que apuntaba a regresar al campamento donde estaba Erika, un atajo. Entre y estaba bastante oscuro, avancé unos 20 metros y me arrepentí, la selva produce unas sombras tenebrosas cuando usas una luz artificial. Me prepara a regresar y el detector de metales hizo lo suyo, había encontrado algún metal. La señal era fuerte y me anime a desenterrar mi tesoro. Empecé a usar el cuchillo para romper unas raíces y pequeños arbustos y luego usé la pala para cavar. Solo llevaba unos 30 cm de profundidad y sentí un objeto sólido, con mi mano lo agarré con fuerza considerable lo desenterré…era un hueso… casi sin duda alguna, podía decir que era un hueso humano. Por lo que investigue antes del viaje, era posible que me topara con algo así, sin embargo, a simple vista se podía ver que llevaba mucho tiempo aquí…mucho tiempo. Las migraciones por este camino son relativamente recientes. Estos huesos llevan décadas o más enterrados. Continue excavando, y sentí algo de forma redonda, era el cráneo. No soy de los que tienen miedo a huesos humanos, además, por el contexto, me prepare mentalmente por si algo así ocurría. Luego de sacar el cráneo, vi otro objeto, pensando que eran las vértebras, con mi mano lo cogí, pero no era un hueso. Lo limpie un poco con agua que tenía para beber…¡¡¡era un maldito collar de oro!! ¡¡¡Uno muy grande!!! Agarré mi detector de materiales y empecé a buscar cerca al esqueleto y había muchas señales. ¡¡Durante casi dos horas, desenterré un poco más de 50 kilos de reliquias precolombinas de oro puro!! Era el maldito Dorado ¡!(Ciudad hecha de oro, una leyenda popular) Y puede haber más. No me cuestione su origen. ¿Pero qué hago ahora? Luego de desenterrar las reliquias las puse en un sitio que pudiera recordar y las oculté lo mejor que pude. Recogí mi equipo y guardé algunas reliquias en mi bolsillo, pequeñas figuras de oro. Mientras me regresaba, estaba divagando sobre que hacer y en quien confiar, la adrenalina y la emoción no me dejaba concentrar, súbitamente me encuentro de frente con una sombra humana, reaccione por instinto y la empuje, y me preparaba para salir corriendo y escucho una voz. —Sebastián, que te pasa!! ¡¡¡Soy yo, Erika!!! —Reacciono y la observo y me doy cuenta de mi error. —Dios!!! Que susto me diste, sorry por el empujón, ¿estas bien? —Le ayudo a ponerse de pie. —Tranquilo, eres un debilucho, recuerda que juego Futbol, todo el tiempo me taclean. Hace horas te estoy buscando, pude ver la luz de tu linterna y vine a ver si eras tu. ¿Qué haces aquí? ¿Y que tienes en las manos? —Señala al detector. —…ehh, es un detector de metales…te tengo que contar algo… — Decidí confiar en Erika, no tenía opciones. Le narre mi pequeña aventura. Ya habíamos llegado al rio. —Qué crees que deberíamos hacer? —Le pregunté a mi compañera —lo estuve pensando, estamos a menos de dos días de Acandí (el pueblito donde empezó la caminata), son unos 25 kilos en reliquias valiosas, podemos cargarlas entre los dos, ¿qué opinas? —Increíble lo que me cuentas…Si, pienso lo mismo… ¿es muy difícil llegar al sitio donde escondiste las reliquias? —No mucho, están a unos 25 metros por el sendero donde me encontraste, debajo de unas hojas de plátano. —ok, es todo lo que descubriste…. —súbitamente Erika pareció ver a través de mí, en realidad veía sobre mi hombro, y escucho un sonido familiar, el sonido de un arma siendo cargada para disparar. — Te quedas quieto cabron! No vas a moverte un milímetro o te perforo la cabeza —Mierda, casi de inmediato supe lo que ocurría. — ehh, tranquilo, no hare nada, que es lo que quieres? —Volteo lentamente y pude ver al sujeto…era familiar para mí. Además, pude ver que tenia mi mochila…¡¡¡ me apuntaba con mi arma de fuego!! — Eres un maldito imbécil!! ¡¡Te dije que esperaras la señal!! —Sentí como me arrebataron mi detector de metales y la linterna… No lo podía creer, Erika me los quito de mis manos y me empujo hacia un lado y caí sobre arena. Estaba sin palabras. — Pásame los dólares que tienes guardados —Erika me da la orden, mientras se ubica al lado del sujeto y le quita el arma para apuntarme. Parecía otra persona. — En serio? —Apenas termine la oración, el sujeto me patea mis piernas. —Yayaya, aquí esta —Saque los dólares que aun conservaba, unos 800, y me los arrebataron. —¡¡¡A 25 metros por este sendero, bajo unas hojas de plátano hay un maldito tesoro!! Ve rápido y lo recoges —Erika parece ordenarle a aquel individuo como si fuera su jefe. —sí, escuche todo, dispárale a este soquete si intenta algo. —Veee, rápido!!! ¡¡¡El sujeto se interna por el sendero…lo reconocí, era el tipo que se fue de mi lado cuando estaba sentado en el bus!!! Recordé cuando Erika se tropezó entre el grupo, cayo precisamente sobre él, no creo que haya sido coincidencia. —Erika, por qué haces esto? —Nada personal, desde el terminal fuiste el objetivo, pero no sabíamos ni donde ni cuánto dinero tenías, por eso me senté a tu lado. ¡¡No sabía que tenías un maldito detector de metales y mucho menos que nos harías tan felices!! Mierda, estoy en desventaja, el amanecer estaba cerca y solo podía correr hacia una dirección para quedar fuera de peligro. Pero tenia algo a mi favor. El arma tiene un problema que solo yo se arreglar y en el momento que ella intente disparar, el arma se atascara. Lo que estaba en juego era suficiente para que me asesinaran y se fueran con el Botín. Estaba decidido a escapar. Saque de mi bolsillo una pequeña figura de barro y apenas vi la oportunidad arroje a un costado. Erika se alarma y apunta su linterna hacia el origen del sonido y en ese momento empecé a correr. —¡¡¡Quieto, te voy a disparar bastardo!!! – Aunque sabia que el arma se atascaría, tenia miedo del disparo. No escuche nada, solo algunos insultos. Logré llegar a un sitio lejos de su vista y me escondí. Podía ver a lo lejos su linterna, pero creo que había perdido interés en mí. A los pocos minutos llego su cómplice, revisaron la mochila y empezaron a caminar hacia el grupo, es decir, regresando por nuestros pasos, supongo, que hacia el pueblo donde empezó la caminata. Decidí seguirlos. Nunca confié del todo en esa mujer. Es por eso que el tesoro lo dividí en 2 partes, y lo que ellos encontraron es solo 1/3 de lo que encontré. El resto esta a unos 10 metros, pero es muy pesado y ya no tengo mi mochila. Es por eso que pienso regresar y seguirlos, y si veo una autoridad, los pondré en evidencia. Estaba a punto de amanecer, ya habíamos pasado entre tiendas de campaña del grupo. Unas horas después, ya con la luz del sol, ellos deciden detenerse, supongo que a descansar. Mantuve mi distancia. Tomaron agua y se alistaban para continuar. De la selva aparecen un grupo de hombres armados y les apuntan de forma amenazante, con enormes armas automáticas. No se que les dijeron, los requisaron y escucho a alguien hablando a mis espaldas —Hey pendejo, quédate quieto ahí!! – Un par de sujetos me apuntaban con un fusil. —Muy escondido en cabron!! ¡¡¡Camina!!! Me empujaron hasta donde estaban el resto. Erika y el otro tipo me vieron, pero no dijeron nada. Al requisarlos les encontraron mi pasaporte, la cedula de mi amigo, un detector de metales, un arma, dólares y…valiosas reliquias de oro…estaban en problemas…yo, parecía un indigente. Solo me requisaron la cintura por si tenia armas. Se dieron cuenta que no era una persona de interés y me dijeron que siguiera mi camino. No lo dude un segundo. Continue sin mirar atrás. Esa fue la ultima vez que vi a Erika y al otro sujeto. Luego de un día y medio, llegue al pueblito y cambie una de las reliquias por bastante dinero, el cual use para viajar a Medellín, la capital d Antioquia, una de las ciudades más importantes de Colombia. Busque a las autoridades y les explique todo lo que sucedió. Hice un trato con ellos. Primero, quería que me dieran la nacionalidad colombiana a mí y a mis padres. Segundo, quería que el gobierno me otorgara una casa, en un sector tranquilo, de clase media en Medellín… por último, una pensión de 1500 dólares mensuales por el resto de mi vida. Aunque aceptaron, no les dije la ubicación del descubrimiento precolombino hasta que comprobé que mis peticiones fueron satisfechas. Tardo cerca de un mes, para que mis padres vendieran sus propiedades y viajaran a Medellín, y que nos dieran nacionalidad colombiana. Me entregaron las escrituras de la casa a mi nombre, y un día después los lleve al sitio exacto. En efecto, eran reliquias de tribus precolombinas, mas de 100 kilos de oro y artesanías, las cuales ahora exhiben en el Museo Del Oro, en Bogotá. Actualmente mi vida es tranquila, estoy terminando de estudiar Psicología y me enamore de una paisa (gentilicio de la ciudad de Medellín)
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Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-10-09 20:22:17
6
Comentario
Es una anécdota con un final inesperado. Creo que hay mucho que mejorar, por ejemplo, se deben colocar ambos signos de pregunta y exclamación, ¡! ¿? (de apertura y de cierre). Estaría bueno revisar los verbos, se pasa del pasado al presente y del presente al pasado sin que haya razón para el cambio (no hay rupturas temporales, es una trama lineal en el tiempo). Por otro lado, la introducción se entronca con el relato y forma parte de él. Las condiciones socio-económicas y demás mi consejo es que lo coloques como introducción pero que no forme parte de la narración. Me resultó entretenido lo que se cuenta. Las aclaraciones entre paréntesis yo las sacaría porque son muy distractivas, de última si se desea agregar a modo de glosario una explicación, puede hacerse con un asterisco y pie de página o algo similar. Un gusto leerte, me resultó divertida la aventura, quién pudierta tener un detector de metales y encontrar tesoros ocultos.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-10-11 20:18:19
3
Comentario
Tu intencion es que te demos consejos. El relato en sí tiene bastante valía, pero le falta el pulido de mucha mano de escritura. Eso no lo vas a hacer por arte de magia. Es escribir y leer. Corregir tiempos verbales y evitar redundancias. Un diccionario de sinonimos a mano tambièn te serìa util. La anécdota es divertida, pero no pidas permiso al principio como si no fuera parte del relato. Tienes pasta de escritor, pero, repito, no es arte de magia, es mucho esfuerzo.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-10-16 13:27:28
1
Comentario
Asimila un texto de sociología. Carente del arte narrativo, deja de lado a la literatura. Muchos errores ortográficos. Fallas en la correlación verbal. Nada para destacar.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-10-16 20:04:21
5
Comentario
Autor, me gustó tu relato. Gran parte de él se ve a diario, la emigración desde Venezuela. Mas no así, encontrar El Dorado. Es interesante y un buen final. Creo que es muy extensa la descripción del viaje, más corta quedaría mejor, para mi gusto, pero me agradó leerlo. Eso sí, tiene muchos errores de ortotipografía, te menciono algunos: …especificare (especificaré) / venia (venía) / solicito (solicitó) / tome (tomé) / El Darién -Del Darién (el Darién. Los nombres de lugares se escriben en letras redondas, no en cursiva). Faltan muchas más tildes. …(gentilicio de la ciudad de Medellín) (el gentilicio de Medellín es medellinense). Paisa es una forma coloquial de llamar a los colombianos, en algunos países de Latinoamérica. La raya de los diálogos, la de apertura va pegada a la primera palabra. La de apertura y cierre de incisos va pegada a la primera y última palabra. La raya suelo hacerla con: ctrl alt – (guion del teclado numérico) Los signos de interrogación y admiración, siempre, deben abrirse y cerrarse (¿?, ¡!) Al iniciar un diálogo se escribe con mayúscula. Te sugiero que busques en internet, cómo se escriben los diálogos. Hay blogs muy buenos que te lo muestran. Los números, en literatura, se escriben con letras (asesórate con la Real Academia Española, RAE) ¡Suerte!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-10-31 16:04:36
3
Comentario
Gracias al autor o autora por su tiempo y su imaginación. Una crónica de las aventuras y desventuras socioeconómicas que muchos padecen en Latinoamérica y por las que se ven obligados a emprender un peligroso viaje, entre criminales y traiciones. Y entre medias, un tesoro precolombino, me ha gustado la trama. Como punto flojo, aunque la posibilidad es bonita, no parece creíble que le den casa, pensión y nacionalidad por una información sin contrastar. Una corrección ortotipográfica habría solucionado múltiples problemas, como todos los errores de redacción de la presentación (ese tipo de cosas también hay que cuidarlas mucho en los concursos literarios), errores de puntuación de diálogos, problemas con mayúsculas, errores con los símbolos de interrogación y exclamación, “cm” sería mejor escribirlo como “centímetros”, muchos números irían mejor escritos con letras, errores de puntuación general, muchos errores de acentuación, etc. Una corrección de estilo habría trabajado detalles como la mezcla de tiempos verbales, algunas acumulaciones de adverbios acabados en “mente” que afean el texto, algún error de concordancia (“introvertidos/introvertidas”), mezcla de tiempos verbales, algún caso de queísmo (“Estaba seguro (de) que”), no hacen falta ciertas explicaciones (como la del Dorado), etc. Antes que un trabajo de corrección profesional, que necesitaría ser de gran profundidad, al texto le vendría bien una labor de reescritura y revisión por parte de quien lo ha escrito con los comentarios que se lleva en este concurso y que seguro que le permitirán mejorar. Y volver a hacer ese trabajo dentro de un par de años para ver cuánto ha mejorado su habilidad para escribir. Es una de las mejores facetas de este concurso: aprender y pulir el estilo de escritura. Ánimo, a leer más, a trabajar y a seguir escribiendo, cada paso ayuda a mejorar.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-11-02 19:41:04
5
Comentario
Autor /a. Tu relato, que en un principio, me pareció una crónica de denuncia sobre la situación poltico-ecónomica-social en países del sur americano, me sorprendió que se convirtiera en otro estilo literario como es el microrrelato. En tu presentación dices que estas abierto a críticas, por tanto me atrevo a aconsejarte qué leas mucho. Si te es posible, haz talleres de escritura, amplia vocabulario con sinónimos. Tu historia tiene potencial, pero se debe revisar tanto en estilo como en ortografía. No tengo ninguna duda de que con la práctica lograrás tu objetivo. ¡Suerte!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-11-12 20:40:43
3
Comentario
La puntuación se debe a que si bien el autor narra una historia completa con giros interesantes (Erika sorprende con su comportamiento y lo del tesoro) no logra una buena gramática. Falta trabajo narrativo.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-11-15 09:53:18
5
Comentario
¿Ropa interior impermeable? El cuento tiene cosas que denotan la madera del escritor, como los giros, la ilación o la capacidad de generar escenas. Por otro lado, el final es muy de cuento de hadas y sobretodo necesita una profunda revisión ortotipográfica y de estilo. El autor tiene un problema grave con las tildes y las eñes. Hay una diferencia muy grande entre años y anos. Revisa las repeticiones; carga, dormir, cuchillos, empaqué… por cierto, empaqué con tilde en la e. Hay frases que parecen estar escritas a medias, como “principalmente en países con regímenes socialistas, donde los atrasos a nivel social, tecnológico y económico, junto con un nivel altísimo de corrupción.” La presentación sin revisar es empezar con el pie izquierdo. Los tres signos de exclamación son fuegos artificiales innecesarios. Te animo a seguir trabajando, un taller de escritura puede servirte mucho. Empieza con este concurso, lee todos los relatos y aprende de sus correcciones.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-11-29 11:54:58
4
Comentario
Autor/a, muchas gracias por tu esfuerzo. El relato, aunque tiene cosas buenas, puedo sentir empatía por el personaje principal, denota que todavía tienes mucho que mejorar. La ortografía necesita un repaso (¿Qué pasa con las tildes?), así como los tiempos verbales. Creo que tienes potencial, pero te aconsejo que leas mucho y sigas concursando, te ayudará a mejorar. Mucha suerte, autor/a
Fecha Publicación
Valoración Relato
2023-11-30 16:20:23
5
Comentario
Muchas gracias por tu relato! Me ha parecido un relato interesante y con un final que no me esperaba, pero que me ha gustado. Sí que se deberían corregir faltas ortográficas y dotar al relato de un lenguaje más fluido y mejorado. Es mejorable, pero se nota que el autor puede llegar a hacerlo mucho mejor con el tiempo y dedicación a la escritura. ¡Muchas gracias y sigue escribiendo!
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